El Chuño es un acompañamiento por excelencia que define casi la totalidad de los platos bolivianos, brindando color y sabor indistinguible. Al igual que la Tunta, la práctica de elaboración del Chuño, se remonta a siglos atrás, específicamente a la época de los aimaras/quechuas, quienes luego de conseguir esta variedad única de papa, la bautizaron con nombre de Chuño, que significa: arruga o arrugado.