En Bolivia, disfrutar del sabor y picante de un ají, es una de las cosas más comunes a la hora de servirnos un plato, ya sea en una llajua, picado en una ensalada, fricasé o directamente a la boca, como sucede con las salteñas. Sin embargo, describir el grado de picante de un ají puede ser muy subjetivo, ya que éste mismo puede resultar más o menos picante para una persona que para otra.