¿Cuántas veces no hemos dejado a un lado la yema gracias a su fama como bomba de grasas y colesterol? De seguro muchas. Ahora le explicaremos porque dejar de lado la yema del huevo no fue una muy sabia decisión.
Es cierto que la carga de grasas en una yema representa un riesgo para la salud de una persona con males cardíacos, y tiende a subir el colesterol en el organismo, pero también debemos rescatar las propiedades que ésta nos brinda.
Contiene Colina, ideal para:
Conservar y proteger células cerebrales
La yema de huevo contiene Colina, un componente necesario para mantener las células cerebrales en buen estado. De esta manera, las funciones cerebrales incrementan su potencial de rendimiento.
Embarazos
Durante la gestación, la demanda de Colina incrementa en el organismo femenino, pues es necesaria para la generación de tejidos celulares del nuevo ser y para el desarrollo y organización de las regiones del cerebro.
Además:
La Colina es usada en farmacéuticos para tratar males hepáticos, Alzheimer, y bipolaridad (desórdenes neurológicos).
Contiene Luteína y Zeaxautina, ideales para:
Mejorar la visión
La Luteína y la Zeaxautina son compuestos que reducen la degeneración de la mácula ocular, que es la zona en los ojos especializada en la visión fina de los detalles. En pocas palabras, ayuda a mejorar y cuidar de la visión.
Prevenir cataratas
Las cataratas son un problema bastante común, al menos en la ciudad, donde la polución representa una de las principales causas. La Luteína y la Zeaxautina previenen la formación de éstas opacidades en los ojos.
Contiene Ácido Pantoténico, ideal para:
Reducir migrañas y estrés
Se sabe desde hace tiempo que el Ácido Pantoténico o Vitamina B5 es ideal para disminuir estos males.
Los especialistas recomiendan consumir un máximo de 300 miligramos por día, una yema contiene aproximadamente 200mg. Alimentarse al menos con tres yemas a la semana puede resultar positivo para su salud.